Hoy es el día del editor, y como cualquier día en el que se conmemora algo, es una fecha especial para reflexionar acerca del motivo por el cual se volvió especial. Actualmente los editores nos encontramos en una situación peculiar, y los estudiantes de esta hermosa carrera no están exentos de ello.
Siempre que escribo sobre esta fecha hablo de lo que significa ser editor, digo de forma algo romántica que somos seres que representan las llaves de las puertas que son los libros. A veces hablo de lo estresante que es, lo difícil que puede llegar a ser llevar una labor tan técnica pero a la vez, tan llena de pasión como es la edición. Y soy realista en ambos aspectos. Ser editor no es fácil, así como ser mediador tampoco lo es. Ser editor es estar a cargo de un mundo y moldearlo para que todos puedan ser felices: el escritor que cumple su sueño de enseñar ese mundo y el lector que se siente complacido al sumergirse en él.
Como dije antes estamos en momentos muy particulares tanto como editores que como estudiantes. Algunos están transitando su primer cuatrimestre en la carrera, otros ya estamos por los últimos y a veces olvidamos la pasión por la que estamos estudiando y solo intentamos adaptarnos a la situación, esperando pronto terminar la carrera. Me preocupa bastante la situación de quienes están ingresando y tienen que adaptarse a todo este mundo en una modalidad que hasta ahora jamás se había dado. Sé que se asustan y muchos han comentado dejar la carrera y no los culpo, las cosas son difíciles, pero quiero que recuerden y nunca suelten ese pensamiento de por qué eligieron edición. Estoy muy segura que casi todos (por no decir todos) eligieron la carrera por su pasión hacia los libros. Y sí, la cosa no está precisamente fácil en este momento, pero… ¿Cuándo el mundo editorial estuvo tranquilo? Siempre es un entorno cambiante, y a pesar de que muchas veces nuestro trabajo sea meticuloso nunca deja de ser apasionante.
Un día como hoy 17 de junio, pero en 1915, nacía uno de los nuestros, ni más ni menos que Boris Spivacow, quien fundó la primera editorial universitaria en Argentina: Eudeba. Muchos estudiantes y profesores de la UBA le debemos a este gran hombre que nos brindó la posibilidad de poder acceder a esos textos formativos que tanto necesitamos y a muchos otros. Por eso y mucho más nunca deben bajar los brazos y les deseo un
¡¡Feliz Día del Editor!!